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Necesitas creer en ti

Creo en ti.

 

 Una de las cosas más bonitas es cuando los demás te dicen que creen en ti.
Cuando te demuestran que creen en ti.

Pero no es suficiente.
Da gusto, pero aún tendrás que bailar con la aprobación más importante del mundo: tu aprobación.
No creas en ti y dará igual que un estadio te jalee coreando tu nombre.
No creas en ti y poco importará que la persona que más admiras te jure que cree en ti.
No creas en ti, y todas las citas de autoestima en internet, no serán más que un pasatiempo.

Debes creer en ti.
Quizá no sea lo que esperabas. Quizá te vaya a llevar coraje. Pero debes buscar lo que realmente necesitas.
Debes creer en ti.

¿Y cómo se cree en uno mismo?
Aceptando que no crees en ti mismo.
Siendo sincero contigo mismo.
Profundizando en tu vulnerabilidad.
Llegando a tu raíz.
A tu origen.
Y desde allí, volver a nacer.
Aprender para desaprender.
Morir para volver a nacer.

Tu problema está en tu mentalidad.
La que ha sido creada y alimentada durante años, durante décadas.
Debes volver a nacer.
Es el camino más directo y rápido.
El que te permitirá no estar en la confusión constante. Ni en la duda constante.
Serás la persona que ya no duda de sí misma.
Una persona nueva por dentro.
Aunque por fuera parezca la misma.

Tratar de razonar no nos servirá.
Tratar de convencernos, no nos servirá.
Debes cambiar de mentalidad.
Debes conseguir una, en la que no exista el cuestionar lo que haces.
¿Cuál es el camino más rápido?
Volver a nacer.

Aceptar que no confías en ti, para comenzar a confiar más en ti.
Ser vulnerable pero no castigarte.
Más bien reírse de uno mismo.
Forjar un carácter en el que te aceptas, para ser más fuerte aún.

No necesitas que los demás crean en ti.
No pierdas el tiempo intentándolo.
No te servirá conseguir, lo que no necesitas.
Sólo necesitas creer en ti.
Cuando lo consigas, los demás creerán en ti.

No necesitas que crean en ti… para que tu creas en ti.
Necesitas creer en ti… y los demás empezarán a creer en ti.
La paradoja es que cuando creas en ti… los demás no te importarán… pero acabarán creyendo en ti.

Yo creo en ti. Pero eso no te debería importar, porque en el fondo no te hará creer en ti. Justo lo que en el fondo deseas.
Hoy es tu primer día.
Hoy podrías volver a nacer.
Acepta que no crees en ti, pero no te flageles.
Más bien, libérate.
Y desde ahí, volverás a nacer.
Acéptalo y estarás en el camino hacia tu nueva mentalidad.

¿En qué aspecto no crees en ti?
Ríete de ti.
Acéptalo.
Mira a tu alrededor.
A   n-a-d-i-e   le importa. De hecho   n-a-d-i-e   mira.
A partir de ahora, empezarás a confiar más en ti.
Pero antes, tendrás que ser valiente.

¿Qué estás dispuesto a aceptar que no crees en ti?

Hoy es tu primer día

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