Gracias al mayor valor que obtuvo Carlos, no sólo permitió a la familia comer durante bastante tiempo. Les sirvió de impulso para montar un negocio de alimentación. Se esforzaron en aprovechar la oportunidad. Y eso les cambio la vida para siempre.
Una empresa que valore a sus empleados produce el mismo efecto. Sus empleados aprovechan la oportunidad y lo agradecen esforzándose más. Entonces se abre la puerta al impacto personal.
Siempre estamos a tan sólo unos centímetros de un devenir completamente diferente.
Cuando vendemos nuestro reloj al relojero, el efecto dura hasta que se acaban las 20 monedas. Si es al médico durará un poco más. Pero cuando la vendemos en el lugar adecuado, tenemos la posibilidad de desarrollarnos. Entonces podemos apostar por nosotros mismos. Arriesgarnos. Rendir más. Involucrarnos más. Comprometernos.
Quien produce la valoración adecuada libera el verdadero potencial de los profesionales.
El valor que recibe el profesional, influye directamente en sus resultados.
Empresario ¿qué valor le pones a tus empleados?
Empleado ¿a quién le venderías tu reloj?
LO QUE INDICA QUE NO TENEMOS QUE ESTAR DEPENDIENDO DEL VALOR QUE NOS DEN LOS DEMAS SINO DEL VALOR QUE TENEMOS COMO SERES COMPLETOS. EL QUE NOS VIENE DE SERIE.
Desde luego que sí Nieves. EL valor lo llevamos dentro, y lo desarrollamos dentro. Nuestra actitud lo materializará y lo convertirá en resultados. Gracias por recordarnos algo que muchas veces olvidamos.Tenemos grandes méritos sin necesidad de que nadie nos lo deba descubrir. ¡Gracias por tus comentarios!