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8 Motivos por los que los Incentivos en el Trabajo Fallan

Para aquellas personas que desafortunadamente, tienen mala salud, considero que no debería haber mayor motivación  que el incentivo de vivir más tiempo. Pues mira, un estudio realizado con pacientes con problemas coronarios de gran riesgo, a quienes se les explicó la necesidad urgente de llevar a cabo cambios en sus hábitos de alimentación y ejercicio concluyó, que sólo 1 de cada 7, fueron capaces de seguir las recomendaciones. Como verás, la motivación no sirve ni para vivir más y mejor. Pues imagínate la motivación que busca ser generada a partir de incentivos en el trabajo…

Los planes de incentivos en el trabajo tienen más problemas que virtudes. En la mayoría de los casos se convierten en un terrible dolor de cabeza para todos. Cierto es que pueden llegar a servir para motivar a un buen número de empleados… pero … el problema es que la motivación no es lo que importa. Repito, la motivación no es lo que importa y si no, recuerda lo poco que les sirvió a la mayoría de los pacientes de la historia anterior.

¿Por qué no importa la motivación basada en incentivos?

La motivación nacida de un incentivo, ayuda al empleado a desarrollar un esfuerzo durante un espacio de tiempo, en el camino hacia una meta. Es decir, la motivación es un recurso temporal y en ningún caso sirve como una herramienta que vaya a sernos de utilidad durante mucho tiempo. Sin embargo, el trabajo que más le importa a la empresa, y por tanto sus resultados, nunca son temporales, sino sostenidos.

Verás, la motivación del ser humano es algo delicado y poco fiable. De hecho, cada mañana y sin saberlo, nos levantamos con un nivel de motivación distinto, sin causas aparentes. Así que mejor no fiar algo tan importante como los resultados de la empresa o del equipo a algo tan efímero como la motivación.

Y si aún no te lo crees, te voy a presentar 8 motivos fundamentales por los que el mejor plan de incentivos en el trabajo, puede desembocar en una mayor desmotivación y empeoramiento de la cultura de la empresa:

1) Los Incentivos No Mejoran La Cultura

Un plan de incentivos busca promover el rendimiento del empleado, no la cultura de la empresa. El motivo es que los incentivos pueden cambiar el comportamiento durante espacios de tiempo limitados. En ningún caso mejoran la cultura, sino que modifican el comportamiento por un tiempo.

2) Se Destruye el Trabajo en Equipo

Cuando el incentivo es individual, es muy frecuente ver a los compañeros como competidores. Se promueve una competición poco sana que destruye el espíritu y el trabajo en equipo.

3) Los Incentivos Perjudican a los Mejores

Los mejores empleados entienden que la empresa introduce estos planes para motivar a aquellos que no están trabajando duro o son menos eficientes. De ese modo es habitual que se puedan llegarse a sentir frustrados.

4) Los Incentivos Perjudican a los Peores

Los mejores empleados seguirán siendo los que obtengan mayor rendimiento, de modo que los menos eficaces se desmoralizarán y podrán llegar a rendir menos aún. En cambio, si para compensarlo se buscan formulas proporcionales, serán los mejores quienes se desmoralizarán.

5) Todos Ganan, el Rendimiento Baja

A veces se decide premiar a casi cualquier mejora. Al no distinguir convenientemente la productividad, la moral de los mejores decae, mientras los peores con muy poco ya obtienen beneficio.

6) Se Perjudica a la Creatividad

Nadie quiere arriesgar sus incentivos tomando riesgos para ser más creativos. Justo lo que en ocasiones necesita la empresa. El caso es que si no hay creatividad, no puede haber una mejora sustancial.

7) El Problema Sigue Estando en Algún Sitio

Los incentivos en el trabajo pueden ser de utilidad mientras esté vigente el plan… pero el problema que se quería solucionar (porque entiendo que eres consciente de que en el fondo había un problema) sigue estando en algún lugar. Probablemente incluso ahora es más grande porque ha seguido creciendo a la sombra de cambios más estéticos que determinantes.

8) Los Planes de incentivos Nacen Viciados

A veces, estos planes son injustos, otras promueven que los empleados hagan trampas y otras que los empleados se adapten a un rendimiento que sólo les beneficia a ellos y no a la empresa.

Entonces, ¿quitamos el plan de incentivos que tenemos en marcha? No es tan sencillo. Elimina el incentivo y puede que incluso la cultura empeore. La solución debe ser mucho más amplia. Se debe planificar un cambio cultural completo para que la retirada del plan de incentivos no sea dramático. He sufrido la retirada de un plan de incentivos y te puedo decir que media plantilla abandonó la empresa. Y es que no se produce un cambio exponencial en la empresa, sin que sea a través de una transformación en su cultura. Los atajos, suelen ser peligrosos, por eso los caminos seguros tienen el trazado que tienen. Llevan más tiempo, pero producen resultados mejores, consistentes y sostenidos en el tiempo.

Espero haberte hecho ver que el problema no es el incentivo en sí (ya sea dinero u otros), el problema es el propio sistema. El sistema evoca al equipo y a la empresa a una situación, que tarde o temprano, será peor. Sin embargo, existen otros factores mucho más sólidos a la hora de mejorar la motivación que los planes de incentivos.

Y ahora, ¿qué piensas sobre los planes de incentivos?

Nota: Comprendo que los incentivos en el trabajo son comunes y en algunas ocasiones, válidos. No trato de desacreditar ni a profesionales ni a empresas que hacen uso de ello, sino servir de ayuda para mejorar 🙂  Yo también he estado en ese mundo y en esa situación. He caído en la misma trampa y sé cómo te sientes si te ha pasado también a ti, tanto si eres quien los propone como si eres quien se debería beneficiar. Los incentivos los considero una solución puntual y temporal, no algo que deba ser el modus operandi de la empresa.

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