El abuelo nunca visitó la España de sus padres desde Argentina, país en el que vivía. A pesar de que 4 de sus nietos emigraron en los noventa a Madrid, el nunca fue a visitarlos. Ni siquiera consideró las innumerables invitaciones que dos de sus hermanas, residentes en la Galicia de sus antepasados, le hicieron durante toda su vida para visitarles.
Tampoco dejó a un lado su dieta híper calórica y saturada en grasas. A pesar de las innumerables recomendaciones de su médico de cabecera, nunca hizo nada por mejorar su salud. Comer era lo mejor de su día.
El abuelo no era una persona que se visualizara subido en un barco o un avión rumbo a España. Tampoco comiendo de manera más saludable.